Erase una vez un niño llamado Pedro que vivía en el primer siglo del nuevo milenio y se sentía muy solo y maltratado por sus compañeros. Tan solo tenía 8 años, así que lo que necesitaba era una amistad. Ya no pudo más y sus padres fueron comprensivos y decidieron comprarle un robot para que le hiciera compañía.
Estaban en la tienda y Pedro no se decidía por ninguno. De repente uno muy simpático se asomó por la puerta y al verle le dijo a su madre : ¡Mamá este es perfecto! Y lo compraron. Le llamó Robert.
Sus padres le decían que se cansaría enseguida de él porque los robots no tienen sentimientos, pero Pedro no les escuchaba.
Se convirtió en el mejor amigo de Pedro y se lo pasaron estupendamente.
Pedro tenía la fama de ser muy desgraciado y, una vez más le ocurrió una desgracia. Iban los dos caminando por la calle cuando de repente vieron a un tipo extraño corriendo. Parecía que escapaba de algo. Y cuando se cruzó con ellos, se tropezó con Robert tirándolo bruscamente al suelo. Pedro, muy asustado se acercó a su mejor amigo y preguntó casi sin voz : ¿Robert? Al minuto siguiente gritó con todas sus fuerzas... ¡¡¡Nooooooooooooooooo!!!
El relato esta muy chulo y tu blog también.
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