La escalada imperial
Erase
una vez un hombre que tiempo antes había decidido escalar el monte
Everest. Aquel hombre se llamaba Frank y toda su vida estaba dedicada al
alpinismo. Decidió partir hacia tierras asiáticas para escalar el
temible monte Everest. Así que partió a la montaña. Pasó por toda Europa
hasta que llegó a Asia
Ya en Asia, concretamente en la cordillera del Himalaya, le presentaron a su compañero de alpinismo, Gerardo.
Pasaron
esos tres insufribles meses de terrible inquietud y de duro
entrenamiento hasta que por fin, llegó el gran día. A las 7:00 se
levantó para realizar su último entrenamiento y a las 16:00 comenzó el
ascenso. Fue duro, pero para eso había estado entrenando todo ese
tiempo. Gerardo iba muy callado y concentrado, al igual que Frank.
Siguieron y siguieron subiendo aquella gigantesca montaña.
Parecía
que aquel ascenso nunca se iba a terminar, incluso Frank estuvo a punto
de rendirse, pero Gerardo le daba más y más ánimos. Al fin, después de 2
días escalando... ¡Llegaron a la cima! tanto Frank como Gerardo no
cabían en su pellejo; estaban tan contentos.
Después de celebrarlo, comenzó el descenso.
Por medio de la montaña encontraron una cueva, pero estaban demasiado felices por el gran logro para pararse a explorarla.
¿Qué habría en esa cueva?¿Esquimales?¿El Yety? Eso ni lo sabemos, ni lo sabremos.
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